El Gran Secreto de la Santa Muerte - стр. 3
La conversión de los pueblos indígenas fue primordial para los misioneros franciscanos, la resistencia de los indígenas hacia nuevas doctrinas religiosas era una condena permanente para los evangelizadores. En un informe de cerca del año 1600 y cuyo tema principal son las idolatrías en el pequeño pueblo de Tuxtla, se denuncia sobre las malas prácticas que algunos indígenas hacían a escondidas de los religiosos.
Para los católicos el único y verdadero Dios era el que se establecía en la Biblia, por eso cuando encontraron otro pensamiento religioso lo condenaron como si fuera un rito satánico, pero injustamente ya que en el México antiguo no se conocía el concepto de infierno. Los dioses indígenas eran venerados en las pirámides, en los cerros y en las cuevas, por esta razón en los primeros años de la evangelización los misioneros católicos no entendían porqué bailaban alrededor de unos huesos (que muchas veces habían pertenecido a altos sacerdotes o gobernantes y de allí que ellos les rindieran culto), y estas sólo eran parte de las prácticas religiosas de entonces, las cuales quedaban fuera del alcance de la comprensión de las mentes de los conquistadores y de los evangelizadores.
Para intentar ocultar estas prácticas, lo más probable es que los fieles devotos a Mictlancihuatl hayan “vestido” el culto a esta diosa con elementos del catolicismo para evitar ser castigados. La mezcla de ambas raíces, la indígena y la europea, así como la incorporación de elementos criollos, dio origen al culto a la Santa Muerte tal y como la conocemos hoy.
El culto actual y contemporáneo a La Santísima Muerte apareció en Hidalgo hacia 1965. Y está arraigado en los estados de México, Guerrero, Veracruz, Tamaulipas, Campeche, Morelos y el Distrito Federal (en el barrio de Tepito es de uso común entre los delincuentes o los comerciantes), Nuevo León, Chihuahua, Quintana Roo, Oaxaca, Tijuana y Guanajuato. Se integró con el culto a Tonantzin (deidad femenina para los indígenas y más tarde sincretizada en la Virgen de Guadalupe) y el de la Virgen María.
La Santa Muerte es una entidad espiritual, una imagen, un ánima que ayuda y protege a todo aquel que se acerque a ella a pedirle favores, no trabaja bajo ningún tipo de magia, ni blanca ni negra. En ocasiones se ha comentado de ella que es siniestra, dolorosa, cruel y fría, pero esto no es así.
Entre los favores que los devotos de la Santa Muerte cuentan, están los de hacer milagros a aquellos que la veneran. Su culto se ha asociado con los criminales, prostitutas y traficantes de drogas. También invocan su protección la gente de las ciudades modernas y pueblos. Pero las personas que viven en situaciones de alto riesgo son quienes suelen venerarla más, portando medallas o imágenes de ella, incluso un tatuaje en la piel. La llevan los militares, los policías, los narcotraficantes, los delincuentes y las prostitutas principalmente. La Santísima Muerte es un símbolo que identificaría personas que viven entre lo legal y lo ilegal, pero, también se puede hallar en estratos altos de la sociedad.
Se le pide de todo: salud, amor, buena suerte, recuperar objetos robados o incluso familiares secuestrados, para el negocio, para abrir caminos, para ganar juicios, para alejar a los malos vecinos, para proteger vehículos de los accidentes y robos, para tener más dinero, para que nos paguen deudas, para encontrar trabajo, para que entre comida en el hogar, para alejar amigos nocivos de tu pareja o seres queridos, para incrementar el amor en nuestra pareja, para olvidar un amor, para recobrar el amor perdido, para atracción matrimonial, para alejar al amante de nuestra pareja, para reconciliarte con tu pareja, para la abundancia, etc. Para acercarse a ella y obtener sus favores, se realizan algunos rituales y se rezan oraciones especiales.