Общий курс испанского языка. Уровни В2—С2. Практикум (книга 2). 12 980 слов +. © Лингвистический Реаниматор - стр. 17
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Estaba anocheciendo
Estaba anocheciendo. Yegorych estaba de buen humor: ese día exactamente a las 19:00 iba a ver el próximo partido de fútbol en el nuevo televisor, que acababa de comprar en una tienda rural local.
Y a la hora fijada, encendió el televisor, apreciando positivamente efectos de sonido estéreo y calidad de la imagen mostrada, sorbió un poco de bebida espumosa fría de su jarra favorita y profundizó en la visualización.
Pero en el momento más intenso del juego en la televisión, de repente algo salió mal, y en un momento la pantalla se volvió completamente negra.
– ¡Oh!, una porquería alada, te has vuelto a sentar en la antena, Styopka,¡madre mía! – Yegorych maldijo irritado y salió al patio.
Lanzó una mirada furiosa al tejado de su casa y vio allí lo que había esperado ver: a la porquería alada, a Styopka, que primero se había sentado en silencio en la antena de televisión, pero al ver al dueño de esa, comenzó a bailar sobre ella, y, además, emitir graznidos largos y beligerantes.
– Bueno, ¡sal de aquí, Styopka, vuela a tu casa y siéntate en tu propia antena! – gritó amenazadoramente Yegorych, quitándose su bota de lona, con la cual tenía la intención de derribar al insolente pájaro.
Anticipándose a la maniobra siguiente del enemigo, Stepan esperó el momento cuando la bota ya se había quitado, pero aún no se había lanzado al vuelo, y voló suavemente hacia el árbol más cercano.
– ¡Eso es, ten cuidado, maldito fenómeno! – Yegorych murmuró y entró en la casa.
Satisfecho de haber ganado la pelea contra Styopka, se sentó cómodamente en su sofá favorito y continuó ver la tele.
Pasó aproximadamente media hora, cuando de repente volvieron a comenzar las interferencias en el televisor.
– ¡Oh, bestia! – dijo Ivan Yegorovich con disgusto, y ya en un estado bien borracho, fue al patio.
A su gran asombro, esa vez no había un pájaro en la antena. El hombre examinó las copas de los árboles cercanos. No había ni rastro de Styopka en ningún lado.
– ¡Qué saboteador tan tonto eres! Me has roto la antena y se has volado. – murmuró la víctima y comenzó a pensar en lo que debería hacer ahora.
Decidió actuar con decisión e inspeccionar inmediatamente la antena. Así que subió la escalera hasta el techo, al llevar consigo una linterna y una caja de herramientas.
Pronto, se arrastró hasta su antena, se levantó y comenzó a realizar una inspección exhaustiva, pero en ese mismo momento le sacudió con fuerza. Para no caerse del techo, agarró a todo poder el primer objeto que tenía a mano, a saber, la antena.
En el momento siguiente, incapaz de soportar el peso de Yegorych, esa fue arrancada del techo y luego los dos cayeron juntos por la pendiente del techo y volaron hacia abajo.
Aterrizando en el techo de una leñera semivacía, la rompieron y luego a Yegorych le arrojó sobre la leña. Cuando la madera se había dispersado en diferentes direcciones, se aterrizó relativamente duro y se desmayó durante cinco minutos.
Oscureció
Oscureció. Sin embargo, Ivan decidió ser persistente. Llevó la antena a casa, la examinó cuidadosamente, no encontró daños y decidió reinstalarla en su legítimo lugar.