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El Mundo de Eshú y Pomba Gira - стр. 6

Es quien realiza los trabajos encargados a los Orishás y los que le encargan a él mismo.

Cada Eshú trabaja para un Orixá determinado, de igual modo cada uno de ellos tiene ayudantes a su cargo, formando una perfecta organización jerárquica.

Espiritual con una misión individual y un trabajo propio (ver organigrama de la ley de Eshú).



Todos estamos a las órdenes de Dios e intentamos siempre hacer el bien. El malo no es Eshú sino cada uno de nosotros con nuestras actitudes y talantes, los rencores, odios y resentimientos que acumulamos en nuestro corazón y nos hacen actuar de una manera u otra.

Ningún Orixá te escuchará si antes no has encomendado tu petición a Eshú.

No hace ni el bien ni el mal, cumple las órdenes que le damos. Se le ve un niño juguetón e irresponsable que es feliz creando confusión entre nosotros y los Orishás. Lo que hace es responsabilidad nuestra porque él no distingue entre el bien y el mal.

No hay religiones ni entidades negativas sino personas con mala voluntad que hacen el mal y personas con buena voluntad que intentan remediarlo. Es necesario la existencia de ambas para regular el funcionamiento del universo.

Es el agente mágico universal, el enviado, mensajero de los Orishás por eso recibe las ofrendas en primer lugar.

Antes de cualquier ofrenda a un Orixá se deberá hacer homenaje y sacrificio a Eshú, el calmado y comiendo quedará contento y dejará que se realice la ceremonia al Orixá en paz.

Eshú es el señor de los caminos, dueño de la producción que da la tierra y de todo lo relacionado con la fecundación y productividad. El habló a los Orishás para decirles que seguiría siendo su mensajero pero que a los hombres los trataría diferente y les haría vivir con sus miedos y asustarlos con ellos, sería el demonio de los blancos par que su pueblo dejara de sufrir la esclavitud a la que estaba sometido, el lucharía con las emociones, recelos, aprensiones, desconfianzas, turbaciones y dudas de los blancos y el resultado sería una mejor existencia para su pueblo. Los Orishás meditaron lo que les dijo y mandaron sus Eshús a la tierra. A partir de aquí cuenta la leyenda que Eshú se convirtió en demonio para los blancos de alma oscura.

La contradicción de identificarlo con el demonio de los cristianos fue debido a que los sacerdotes se encontraron que al querer imponer su religión aplicándola por la ley de la fuerza a los esclavos tuvieron muchas dificultades, conflictos y problemas: demasiados dioses y divinidades de un pueblo al que estaban sometiendo.

Los misioneros se vieron obligados a adaptarse a todo el panteón Menina, pero por supuesto, no nos olvidemos, faltaba el demonio cristiano y quien mejor que Eshú al que no conocían y su ignorancia les hacía temerles, no se preocuparon por averiguar que es quien tenía más afinidad con las personas y todos los pedidos que el pueblo esclavo les hacía eran asuntos de la vida misma.



Los humanos temen lo que no conocen y los blancos dominantes temían al negro sometido que adoraba al demonio, ya que éste le protegía de la injusticia, infamia, y el absolutismo del blanco.

El miedo junto con la ignorancia hace milagros, el pánico se apoderaba de los blancos cuando encontraban en las Encrucijadas, cercas de sus casas, cruce de caminos, etc. los ebos de ofrenda a Eshú para cualquier petición, ellos sólo veían el demonio lanzado contra ellos.

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